¿En qué invierto la plata? Seguramente ésta sea la pregunta que más se hacen aquellas personas que por estos días se encuentran con excedentes en pesos y no saben qué destino darle, sabido de las desventajas de mantenerlos en existencia. Ante la política oficial de sostener una economía en pesos, las opciones para ahorristas medianos se limitan a efectuar inversiones que abarcan desde el tradicional plazo fijo, pasando por bonos, acciones, cheques de pago diferido y hasta fideicomisos financieros. Y si bien se trata de inversiones seguras, es muy difícil lograr equiparar cuanto menos los efectos de la inflación actual. Bajo este contexto, sigue entonces vigente la opción de constituir o adherirse a fideicomisos inmobiliarios, que a pesar de no brindar los rendimientos de años anteriores, mantienen su vigencia porque brindan la posibilidad de obtener ganancias para el inversor en general relativamente superiores a las tradicionales. Este tipo de figura cuenta asimismo con diversas ventajas legales, económicas e impositivas, tales como un patrimonio inembargable, flexibilidad, menores costos de constitución y ejecución, entre otras. Ahora bien, siendo a mi entender una opción de inversión recomendable, considero asimismo importante mencionar los recaudos mínimos que debería tomar cualquier inversor en forma a previa a destinar sus fondos a este tipo de desarrollos:
1) Conocer al fiduciario: es imprescindible estar al tanto acerca de la trayectoria de todo el grupo desarrollador, llámese fiduciario, empresa constructora, profesionales intervinientes, etc. En el fideicomiso la figura del fiduciario es de vital importancia. Es el administrador de los fondos de inversión, quien debe hacer cumplir los objetivos del fideicomiso. Conocer quién va a ser el encargado de llevar a cabo dicha función y asesorarse de su trayectoria profesional, así como investigar acerca de su desempeño en administración de anteriores proyectos de inversión son algunas de las cuestiones que no se pueden pasar por alto.
2) Requerir de asesoramiento profesional: contar con la opinión profesional tanto en lo contractual como en lo impositivo es también ineludible. Es importante conocer y revisar los términos del contrato de fideicomiso y del respectivo contrato de adhesión de corresponder, así como también cerciorarse acerca del título de propiedad del terreno sobre el cual va a construirse la obra. Es necesario que queden claro cuestiones tales como características de las unidades, plazos de entrega, obligaciones de cada una de las partes, si existieren ajustes a los aportes debe surgir claramente de la forma de determinarlos.
3) Asegurarse que la obra objeto del fideicomiso cuente con el adecuado permiso de edificación aprobado por autoridad competente: la Municipalidad expide el permiso de edificación correspondiente a todo proyecto constructivo que cumpla con el reglamento de edificación vigente para la zona.
4) Tener claro que se está aportando a un fondo de inversión, con los riesgos que ello conlleva, ya que es el propio fideicomiso quien va a ejecutar la obra en cuestión y el responsable principal por todo aquello que surja en relación a la misma. Toda inversión tiene un riesgo asociado, conocerlo forma parte del manual del inversor inteligente.
5) Siempre es aconsejable visitar el lugar donde va a emplazarse la obra o se esté ejecutando la misma: de esta manera garantizarse de la existencia del terreno o propiedad a demoler, conocer el entorno próximo e inmediato, así como la accesibilidad al mismo.
6) Evaluar la viabilidad económica-financiera del emprendimiento, básicamente orientado a lograr la convicción de que se cuenta o puede contarse con los fondos necesarios para concretar la obra. Para ello, siempre es interesante conocer por ejemplo cuántas unidades se encuentran reservadas, quiénes y cuántos son los que componen el resto del grupo inversor, etc.
7) Dejar la puerta abierta a la salida: al tratarse de contratos de ejecución que demandan bastante tiempo, siempre es recomendable dejar sentado contractualmente la posibilidad del retiro del inversor de la manera menos gravosa posible.
Vale decir, si bien la figura del fideicomiso posee múltiples ventajas para dar forma al desarrollo de inversiones inmobiliarias, vale la pena contar con el asesoramiento adecuado y realizar la investigación necesaria que permita al inversor gozar de la tranquilidad que cualquier inversión seria debiera garantizar.