Estamos en noviembre de 2012 y ya hace un mes que nuestra Fragata Libertad está retenida en el puerto del país africano Ghana, por un embargo que realizó sobre ella un fondo buitre[1]. Desde el día que se conoció la noticia, hasta hoy las palabritas “fondos buitres” aparecieron hasta en la sopa y no hay argentino que no la haya escuchado nombrar. Si hacemos memoria, el primero en hablar de estos fondos fue quien fuera en aquel momento Ministro de Economía de la Alianza allá por el 2000, Domingo Cavallo3, después de que colapsara el famoso blindaje.
Ahora, todos hemos escuchado de estos famosos fondos buitres, pero ¿sabemos realmente qué son? En este artículo esperamos ayudarte a entender un poco mejor de que se trata toda esta historia.
En el mundo de las inversiones existen fondos para invertir casi en cualquier cosa que se nos pueda ocurrir. Algunos invierten en acciones (de USA, de Europa, de Asia; tecnológicas, de industrias, etc), otros invierten en commodities (oro, petróleo, soja, trigo, etc), otros en bonos, otros en monedas domésticas de países y la lista puede seguir indefinidamente.
Los que denominamos fondos buitres también invierten en un activo determinado: deuda de países en quiebra o al borde de la quiebra. Cualquier persona racional huiría de este tipo de activos por ser considerados muy riesgosos; entonces, ¿por qué estos fondos invierten específicamente en esto? La respuesta es que compran la deuda de estos países extremadamente barata porque nadie espera cobrar demasiado de ella en el futuro. Pero luego, una vez adquirida una cantidad muy importante de ésta comienzan con su juego que consiste en hacer juicios y más juicios al país para cobrar la totalidad. Es decir, compran la deuda de un país por unos pocos dólares y hacen juicio para cobrar millones. Los procesos son largos, suelen durar años y suelen tener mayoría de reveses en la justicia. Pero en algunos casos, consiguen un veredicto favorable que les genera un retorno por su inversión varias veces superior al que les hubiera redituado cualquier inversión alternativa.
Hasta acá les contamos como es la operatoria de estos fondos, que aunque condenable por inmoral, antiética e ilegítima, tiene algún viso de legalidad puesto que eran tenedores de deuda y quieren cobrar. Pero queremos subrayar que estos fondos suelen incurrir en maniobras directamente ilegales basadas en el tráfico de influencias y utilizar favores para empujar países al borde del abismo, directamente al vacío. O sea, no se limitan a buscar países en quiebra sino que fomentan que lleguen a esta situación para poder desplegar plenamente su juego.
Por lo desarrollado hasta aquí está claro por qué les queda bien el apodo de buitres, ¿verdad? Buscan países en crisis, los empujan al abismo, compran su deuda por unos dólares y al cabo de unos años se llevan millones. Para eso usan todos los medios a su alcance como trabar embargos sobre los bienes del país que consideren desprotegidos.
Argentina venía sorteando bien estos reclamos y juicios, originados en la deuda defaulteada en 2001 hasta este fatídico octubre 2012 donde un descuido les permitió que uno de los buques insignia de nuestro país cayera en las garras de estos fondos. Ojala tenga un final feliz y el buque pueda retornar pronto a casa.
[1] El fondo que embargó la fragata fue el MNL Eliot. Según el diario Ámbito Financiero este fondo, conjuntamente con el fondo DART, llegaron a poseer casi u$s 8.000 millones en bonos en default de la Argentina con legislación en Nueva York. Litigaron durante años hasta que se sumaron al canje final de 2010. Según este mismo diario, aún quedan unos u$s 3.200 millones entre los hold outs.