• Es por compras ya efectuadas.
• Las automotrices serían las principales perjudicadas.
• Más presión sobre reservas.
La deuda que el Banco Central mantiene con importadores está creciendo a un ritmo alarmante. De acuerdo con la estimación de Orlando Ferreres, el stock ya suma los u$s 5.200 millones. Las automotrices son las principales perjudicadas, pero en la lista figuran empresas de todos los rubros. En la mayoría de los casos se trata de insumos que no pudieron ser pagados a los proveedores internacionales.
La situación se agravó notablemente desde el default técnico del 30 de julio. Al no poder acceder a divisas por el canal financiero, el Central decidió imponer más restricciones para el acceso a los dólares, puntualmente a los importadores.
La suba de los últimos días del "contado con liquidación" también refleja los problemas de las empresas para hacerse de divisas. Al haberse cerrado mucho más la ventanilla del Central, la única opción es comprar dólares a través del mecanismo bursátil. Así, muchos importadores se volcaron a comprar bonos y acciones en pesos, para luego transferirlos al exterior y hacerse de divisas fuera de la Argentina. Se especula que al menos una parte del salto del dólar que surge del "contado con liqui" está relacionado con esta operatoria. El grueso, sin embargo, pasa por la búsqueda de cobertura cambiaria por parte de empresas e inversores institucionales.
Si la entidad que preside Juan Carlos Fábrega decidiera cancelar de un día para el otro esa deuda con importadores, todo el peso recaería en las reservas, que pasarían de los actuales u$s 28.200 millones a sólo u$s 23.000 millones, profundizando la incertidumbre cambiaria. Por eso, hoy parece imposible no sólo que se pueda cancelar dicha deuda, sino que además lo más probable es que siga aumentando hasta fin de año.
El problema es que muchas empresas ya no pueden vivir de "fiado". La mayoría de las automotrices contó con la ayuda de las casas matrices, que pusieron las divisas para que los proveedores pudieran cobrar o incluso las terminales que funcionan en Brasil. Pero localmente, la mayoría de los ejecutivos del sector reconoce que la paciencia se está agotando. Y advierten que de no haber un cambio, pronto deberán buscar alternativas para dejar de importar algunos modelos y autopartes.
Las opciones no son sencillas. Ante el aumento de la brecha, el Gobierno optó más que nunca por cuidar las reservas, ya que el incentivo para las empresas de comprar dólares a $ 8,40 cuando en el mercado se consigue casi a $ 15 (en el "contado con liqui") es enorme.
El BCRA tuvo que advertir ayer que el único canal legal para acceder a divisas para pagar importaciones es el dólar oficial, pero en la práctica sucede otra cosa. Claro que a muchos importadores les resulta imposible mantenerse a flote pagando un tipo de cambio cercano a los $ 15. En la medida que se generalicen estas operaciones, el impacto sobre los precios será cada vez mayor.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=760012