Desde que asumió Vanoli, el BCRA inhabilitó a América, luego a París y ahora a Arpenta. En total, multó a ocho casas de cambio por $ 56 millones para amedrentar al mercado
La orden que le dio Cristina Kirchner cuando nombró a Alejandro Vanoli no fue bajar el blue, sino reducir la brecha entre el oficial y el informal, misión que viene cumpliendo al pie de la letra, ya que la redujo a la mitad: del 86% que estaba el 30 de septiembre cayó al 43% de hoy. El tema es que, para lograrlo, gastó más de u$s 3.000 millones de las reservas para el dólar ahorro, que gran parte fue para revenderlos luego en el blue y abastecer de billetes al mercado paralelo. La otra estrategia consistió en suspensiones, multas a ocho casas de cambio por $ 56 millones y quites de licencias.
El 30 de diciembre del año pasado le quitó la licencia a América por irregularidades en la operatoria y por no contar con la integración de capital mínimo exigida como respaldo para sus negocios. En febrero pasado, el Central le revocó la licencia a París Cambio e inhabilitó a sus accionistas para operar en el mercado de divisas, por verificar que la empresa también operaba como agencia de turismo y realizaba operaciones ilegales de compraventa de moneda extranjera, aprovechando su capacidad de obtener dólares por la vía legal.
Ahora le tocó el turno a Arpenta, por funcionar en un piso 28 como casa de cambio y sociedad bursátil en el mismo lugar, sin independencia funcional entre una y otra. Por normas del BCRA, las casas de cambio tienen la obligación de operar con locales a la calle. «En octubre pasado se los allanó, previamente se los intimó a que se mudaran a un local a la calle y que resuelvan su situación de independencia funcional entre la casa de cambio y la sociedad bursátil. Al no cumplir con esto se les revocó la licencia, ya que dejaron de cumplir con las condiciones al momento de otorgar la licencia», señalan fuentes oficiales.
En Arpenta se defienden: «La noticia es parte del relato, ya que la baja la pedimos nosotros: decidimos el 3 de marzo no operar más en cambios, porque no podíamos enfrentar gastos de local a la calle y nuevas medidas de seguridad. Así se lo comunicamos el 9 de marzo al BCRA. Pero el relato da vuelta la tortilla y dice que ellos nos quitan la licencia porque no operamos a la calle. Ahora los abogados se encargarán de clarificar la versión, pero fuimos nosotros los que decidimos no operar más en cambios: no somos financiera, sino ALYC (agente de liquidación y compensación)».
En el Central contraatacan: «La normativa dice que deben informar de una baja 90 días antes».
Mientras tanto, en la City sostienen que el BCRA tiene ahora a otro de los grandes players del mercado de cambios bajo la lupa, a quien también podrían llegar a quitarle la licencia una vez que termine la suspensión de cuatro meses que le aplicaron. Es que esa fue la fórmula en los casos de América, París y Arpenta: primero la suspensión y luego el quite de licencia. La intención es amedrentar al mercado para impedir una suba del billete. Ayer lo lograron, ya que bajó $ 0,10 a $ 12,70.
Sucede que a principios de mes el blue suele bajar por la liquidez que proviene del cupo AFIP por la bicicleta financiera que muchos hacen con el dólar ahorro, al practicar el «puré» de comprar en el formal y revenderlo en el informal. Algunos cambistas, entonces, ya comienzan a liquidar posiciones propias para recomprarlas más abajo a principios de mes: «El blue viene sobreofertado desde el pico de $ 12,89. Por otra parte, en mayo es la fuerte compra del comex blue paralelo para toda la indumentaria importada que se vende en La Salada y Las Saladitas durante la temporada de invierno. Por ejemplo, hay mayoristas que compran 20.000 remeras a u$s 9 la unidad (total u$s 180.000) de mercadería que viene de la zona franca de Chile vía Bolivia: «Eso se paga en blue en frontera. Y se llama comex blue. Encima, la Badlar (tasa de depósitos para más de $ 1 millón) perfila para estar debajo del 20% en días», pronostican en las mesas.
