A la espera de que el máximo tribunal norteamericano decida si toma el caso, la Argentina recibió una señal para ilusionarse. Aunque se trata de una causa paralela a la principal, la citación permite ganar tiempo para continuar las negociaciones con los acreedores
El gobierno argentino sabe que es improbable que la Corte Suprema de los Estados Unidos revierta los fallos de primera y segunda instancia que ordenaron pagar al contado u$s1.330 millones de dólares a los tenedores de bonos en default. La estrategia hoy en día es apostar a ganar tiempo en la Justicia para negociar con los holdouts. La esperanza se centra en que el máximo tribunal norteamericano acepte revisar la causa para lograr meses o hasta años para continuar las conversaciones. Por eso, la convocatoria para una audiencia el próximo 21 de abril fue leída como un gesto para ilusionarse, ya que por primera vez, los jueces aceptaron escuchar los argumentos de las partes.
La audiencia fue llamada en realidad por un caso satélite a la cuestión de fondo: la intención del conglomerado Elliot de embargar las cuentas que el Banco Central y el Nación tienen en los Estados Unidos. De todas formas, los magistrados anticiparon que se escucharán todas las argumentaciones para conocer cuál es la verdadera situación del caso.
Una vez que haya oído a las partes, la Corte se tomará por lo menos dos meses para decidir si acepta tomar el caso que fue definido por el diario The Financial Times como el "juicio del siglo" por las implicancias que podría tener a nivel mundial para aquellos países que buscan renegociar sus deudas soberanas.
El estudio de abogados que defiende la postura argentina, Cleary Gotlieb Steen & Hamilton(CGSH) consideró que la convocatoria fue conseguida gracias al último cambio de estrategia, que incluyó la contratación del republicano Paul Clement, ex procurador general de los EEUU y conocedor de varios de los magistrados del tribunal.
Según consigna el diario Ámbito Financiero, esta nueva audiencia, junto a la presentación que las partes tienen pautada para este lunes 17, serán las últimas dos chances que el gobierno argentino tendrá para convencer al tribunal sobre la necesidad de que acceda a tomar la cuestión.
Mientras tanto, la Unidad de Renegociación de la Deuda que encabeza el ahora ex ministro de Economía, Hernán Lorenzino, intenta avanzar en las conversaciones para hallar una solución negociada al problema. La propuesta es que dos fondos amigos (Gramercy y Fintech) compren a buen precio la deuda que poseen los holdouts para con esos bonos ingresar al canje propuesto por el gobierno argentino. Hoy en día, eso parece improbable: después de años de litigio, Elliot, Olifant, Blue Angel y el resto de los acreedores ven cada vez más cerca la posibilidad de ganar el juicio y cobrar a la Argentina los u$s1.330 millones reclamados.