La propuesta es comprarles los bonos a los acreedores de títulos en default que litigan contra la Argentina para luego negociar con la administración kirchnerista el pago vía emisión de deuda
Marco Aurélio Garcia, uno de los principales asesores de la presidente brasileña Dilma Rousseff, hombre del PT y amigo personal de Lula da Silva, reveló que empresarios locales, incluyendo banqueros, entablaron conversaciones con los fondos especulativos que ganaron la batalla judicial en Nueva York, sin garantías de que luego puedan negociar, según sus expectativas, con la Argentina.
La novedad surgió luego de que el asesor fuera consultado sobre si el gobierno de Brasil espera que el conflicto argentino con los holdouts pueda resolverse en el primer tramo de 2015, luego de que venza la cláusula RUFO, pero en medio un enfrentamiento cada vez más feroz con los fondos por parte del gobierno nacional.
Al responder la pregunta, Garcia sorprendió: . "Yo creo que sí. Y hay iniciativas en Brasil, con actores privados, que están en curso para eso. Con nuestro conocimiento, con nuestra observación y con nuestra disposición a ayudar si es necesario".
Y es que el interés no es menor. La crisis económica que sufre la Argentina impacta en las relaciones comerciales con Brasil, que también evidencia un deterioro de la actividad. Un ejemplo de ello es lo que ocurre con el sector automotriz local, que se vio severamente dañado por la caída de las exportaciones al país vecino. Y de persistir el default selectivo en el que cayó Argentina, los empresarios y hombres de negocios brasileños temen que esta situación complique aún más sus finanzas.
En una entrevista al diario Ámbito Financiero, el asesor de Dilma contó algunos detalles de la operatoria que encabeza un grupo de hombres de negocios brasileños. Según dijo, "en lo personal, supe en el primer momento de ciertas iniciativas económicas, privadas. Lo primero que le dije a una personalidad importante que me buscó, que no es una personalidad del Gobierno sino todo lo contrario, fue que me parecía excelente, que todo lo que pueda ayudar a la Argentina tendría mi apoyo. Pero que tienen que hacerlo en silencio. Porque la clave de una negociación de este tipo es la discreción".
Fuentes del sector financiero en Brasilia precisaron al matutino que esas gestiones privadas siguen activas, y que apuntan a adquirir las acreencias de los fondos buitre, que cuentan ya con fallo firme de Thomas Griesa y la Corte Suprema de los Estados Unidos. La necesidad de quienes las llevan adelante es recibir garantías suficientes de repago de parte del Gobierno argentino, añadieron.
Según Garcia, "hay una posibilidad de que esta cuestión se pueda arreglar con el final de la cláusula RUFO", la que permitiría a quienes aceptaron los canjes de 2005 y 2010 plantear demandas para que se les reconozca un pago pleno de las deudas originales, tal como obtendrían los actuales litigantes, lo que realmente teme el gobierno nacional.
"Eso a nosotros nos parecería una buena solución. La Argentina ingresaría en un período tranquilo desde el punto de vista de los fondos. Los demás problemas los tendrán que resolver los propios argentinos, y habrá para eso el año próximo un debate electoral", opinó.
Y completó su razonamiento con críticas a los Estados Unidos, en la misma línea de lo realizado por la presidente Cristina Kirchner en las últimas semanas. "Nosotros tenemos una posición muy clara sobre las operaciones de los fondos buitre; son un absurdo. Además, creo que hubo una enorme insensibilidad de parte del Gobierno de Estados Unidos a Argentina. Y no me digan que es una cuestión simplemente del Poder Judicial, porque no, no lo es".
García, quien según el matutino es el que lleva la relación de Brasil con el Mercosur y Sudamérica, comentó lo que conversó el año pasado con el ex embajador de Estados Unidos en Brasil, Thomas Shannon. Sostuvo que es un hombre de "gran percepción" y hoy es el principal asesor del secretario de Estado norteamericano, John Kerry. "Cuando Obama vino a Brasil, Chile y el Salvador le dije: 'Mire, es un gran error no haber incluido a la Argentina. Podía haber sido una buena ocasión para despejar cuestiones, para conversar en forma muy franca", afirmó.