El 2015 será lo que Brasil puede definir como el año para el olvido. El real brasileño perdió casi la mitad de su valor este año y experimentó su mayor retroceso en 13 años, presionado por la crisis política y económica que está marcando el segundo mandato de la presidenta Dilma Rousseff.
La divisa tuvo la peor performance entre las principales 16 monedas emergentes que sigue de cerca la agencia Bloomberg, tras perder un 48% frente al dólar. La jornada de ayer profundizó la debilidad de la moneda en 1,8% hasta las 3,948 unidades por dólar. En el mes, la divisa acumuló una pérdida de 1,58%.
Con este panorama cambiario, Brasil comenzará el 2016 con su recesión más importante desde la Gran Depresión, un nivel de inflación que suma más del doble de la meta oficial y tratando de reforzar la confianza de negocios cerca de un mínimo histórico.
De acuerdo a la agencia Reuters, analistas, economistas y operadores esperan que el real siga cayendo en 2016, ya que no hay señales de una tregua en la crisis a nivel local. Pero el ritmo de la depreciación debería ser menor, ya que buena parte del ajuste cambiario tuvo lugar en este año.
El dólar tuvo su mayor avance anual contra el real desde 2002, cuando subió más de un 50%. Este fue el quinto año seguido de apreciación del billete verde frente a la moneda local, en un periodo en que el alza fue de casi un 137%.
Por su parte, el Bovespa también acumuló noticias negativas este año. En diciembre, el índice cayó un 3,9% y en el año se derrumbó un 13,3%. Esta es su tercera baja consecutiva, tras haber cosechado pérdidas de 2,9% en 2014 y 15,5% el año anterior.
Entre las acciones que más se desvalorizaron en el año están las de la compañía aérea Gol, con un desplome de 83,4% y las de la operadora de telefonía Oi, con una baja de un 77,4%. Las empresas del sector siderúrgico también cayeron con fuerza por la baja de los precios del mineral y un crecimiento contenido de la economía china. La metalúrgica Gerdau se desplomó un 85,1% y Usiminas perdió un 69,1% en el año.
En la rueda de ayer, la Bolsa de Brasil acompañó el mal desempeño de las bolsas de Europa y Nueva York, que se vieron afectadas por una nueva baja de los precios del crudo. El Bovespa cerró sus cotizaciones en rojo, con una caída de 0,7%. A su vez, el volumen de negocios de la jornada fue de 4.900 millones de reales, por debajo de la media anual de 6.800 millones de reales.
Además de la crisis política que puso a Rousseff al borde de juicio político, Brasil deberá lidiar con la pérdida de miles de millones de dólares por haber sido destronado de la calificación de países emergentes y tendrá que resolver el gran déficit presupuestario de 21,3 millones de reales que acumuló en los últimos años y que es el peor de la historia.
