La base monetaria se expandió 39,9% interanual al 31 de julio, según datos oficiales difundidos el viernes por el Banco Central (BCRA).
Se trata de una inyección de $ 148.482 millones de pesos a la economía, resultado de la emisión de $ 185.930 millones de nuevos pesos exclusivamente para financiar los gastos del sector público que el Tesoro no logra cubrir con ingresos genuinos. Semejante nivel de expansión monetaria promete profundizar las presiones cambiarias que afectan al dólar paralelo en las últimas semanas.
En los primeros siete meses del año la entidad que conduce Alejandro Vanoli emitió $ 61.001 millones para ayudar a cubrir el déficit de las cuentas públicas. En el mismo período, la entidad «aspiró» sólo
$ 28.702 millones a través de colocaciones de Lebac, unos títulos que coloca a los bancos a cambio de sus depósitos para regular la masa monetaria. El BCRA sumó pesos a la calle también a través de la compra de dólares en el mercado cambiario, $ 16.250 millones, y en base a todos esos factores y otros movimientos menores sumó $ 57.606 millones a la masa monetaria en lo que va de 2015.
«El déficit de las cuentas públicas crece a ritmo desmesurado porque el gasto aumenta en promedio de los tres últimos meses a una tasa anual 14 puntos superior a la de los ingresos. Y pese a algunas incursiones del Tesoro en los mercados de deuda (Bonac), su principal financista sigue siendo el BCRA. En lo que va del año el Central ya emitió $61.000 millones para transferir al fisco, con un agravante: Vanoli, a diferencia de su predecesor Fábrega, esteriliza (es decir, reabsorbe vía Lebacs) apenas un cuarto de la emisión monetaria que transfiere al Tesoro», escribió el economista Federico Muñoz en un informe para sus clientes.
La expansión interanual del 39,9% que se redondeó en julio supone una aceleración respecto al casi 38% de 15 días antes que se explica por cierta moderación en la emisión monetaria de julio del año pasado. Pero más allá de ese salto de corto plazo, el ritmo de avance queda a años luz de distancia de lo que fue el año 2014, cuando la base monetaria creció 22% punta a punta (una contracción en términos reales si se tiene en cuenta que las mediciones privadas de inflación llegaron hasta el 39%).
La política monetaria tiene mucho de estrategia electoral. Por un lado, la expansión monetaria tiene como objetivo mantener el gasto público sin recorte alguno para sostener la actividad económica. Por el otro, tantos pesos en la calle ?acompañados de un dólar oficial que se abarata frente al nivel general de precios? ayudan a impulsar el crédito al consumo a tasas nada menos que impresionantes: el stock de crédito con tarjeta se expandió 51% en el año y el de crédito en moneda extranjera con plásticos 58%.
«Empezamos el año con una expectativa de crecimiento de la base monetaria de entre el 30% y el 35% durante este año, ahora estamos hablando de una base que cerrar 2015 entre un 37% y 42% por encima del nivel del año pasado», dijo Martín Polo, economista jefe de Analytica. «Y no prevemos una expansión mayor porque suponemos que el Gobierno va a moderar la emisión en el último trimestre del año, superadas las elecciones, porque lo contrario sería un escenario de shock económico», concluyó.