La cifra representa un tercio de las reservas netas del Central, que ascienden a u$s 16.600 millones. En promedio, uno de cada cinco argentinos compraron dólar ahorro: casi 8 millones de contribuyentes. Sólo ayer alrededor de 100.000 personas adquirieron u$s 70 millones: 40% más que anteayer, que falló el sistema de la AFIP. El 92% de la gente se lleva los dólares y los revenden en el blue para tener un extra
El dólar ahorro se convirtió en un super clásico que ya le ganó a Boca-River. El domingo, fueron a la Bombonera 50.000 espectadores, mientras ayer colmaron los bancos y casas de cambio alrededor de 100.000 personas (o sea, dos estadios de Boca completos) en busca de los codiciados billetes.
En total, se llevaron u$s 70 millones, un 40% más que anteayer, cuando el sistema de la AFIP no anduvo del todo bien y recién se restableció después de la una del mediodía.
Desde que empezó esta liberación parcial del cepo, a fines de enero del año pasado, 7,7 millones de contribuyentes (o sea, uno de cada cuatro argentinos) compraron en total casi u$s 5.000 millones. La cifra representa un tercio de las reservas netas del Banco Central, que ascienden a u$s 16.600 millones.
La fórmula de la AFIP consiste en autorizar para comprar moneda extranjera el 20% del salario neto, siempre cuando se gane a partir de $ 9.432, que es el equivalente a dos salarios mínimo vital y móvil.
En enero del año pasado, dejaba comprar un promedio de u$s 530 per cápita, que ahora subió un 30% a u$s 674, merced a los incrementos salariales.
Bicicleta financiera
El 91,5% de los ahorristas prefiere pagar la alícuota del 20% (que luego puede descontarse por ganancias o bienes personales) con tal de llevarse los billetes en su bolsillo. En la mayoría de los casos, no duran mucho tiempo en la billetera, ya que se revenden el mismo día en el mercado paralelo.
La hoja de ruta del «dólar puré» (como denominan en la jerga a la bicicleta financiera de comprar en el formal para revenderlos en el blue) es ir directo del banco a la cueva.
Esto suele provocar una baja en el precio del billete a principios de mes. Los mesadineristas ya le tomaron el pulso a este mercado que abastece al blue y armaron una suerte de «previa del puré». ¿En qué consiste este mecanismo? Salen a vender dólares propios a fin de mes, ya que saben que los primeros días caerá la cotización, entonces los recompran luego más baratos.
De hecho, ayer a la mañana el billete tocó un mínimo de $ 12,50, para cerrar la jornada a $ 12,58, lo que representa una caída de 3 centavos con respecto al valor del día anterior.
A nivel mayorista, a partir de u$s 5.000, se compra a $ 12,55 y se vende a $ 12,60. Pero el dólar “Green” que comercializan los arbolitos de Florida tiene otro precio: a un asalariado le dan menos de $ 12 si va a cambiar poco, mientras que a partir de u$s 1.000 le pagan $ 12,20.
Esto siempre cuando sean billetes grandes, de u$s 50 o de u$s 100, porque por los de u$s 20 o de menor denominación pagan menos. Argumentan que no los quieren porque ocupan más lugar físico y se tarda más tiempo en contarlos. Por eso, una de las estrategias que algunos usan para comprar dólares blue más baratos es aceptar billetes de u$s 20 y regatear el precio, ya que siempre dan una mejor cotización con tal de deshacerse de ellos.
Otro de los tópicos frecuentemente abordados cuando se trata de los canales utilizados por la Administración Federal de Ingresos Públicos para llegar a los potenciales demandante de dólares, es el dólar turista, que si bien ha registrado históricamente variaciones que en algunos casos lo ha hecho más atractivo, en estos momentos prácticamente se encuentra en niveles cercanos a los del dólar blue. Hay que recordar que este tipo de cambio tiene una retención del 35%, lo que redunda un precio más alto para el billete. A la hora de las cuentas, un total del 627.000 personas terminaron adquiriendo divisas por unos u$s 668 millones. Según datos del mercado, en promedio, en el mes pasado se otorgaron u$s 833 per cápita. En este sentido, el universo de compradores da cuenta de que un 40% de los compradores son empleados públicos; de ese total, el 53% corresponden al Estado nacional.
