El dólar en Brasil renovó su cotización más elevada en casi una década, a 2,565 reales, con un alza de 8,7% desde enero. La devaluación brasileña resta competitividad a las exportaciones argentinas
El real cerró este martes con una caída de 1% cotizado en 2,565 unidades por dólar y sigue hundido en su menor valor desde abril de 2005. La moneda brasileña había cerrado en alza el lunes, tras seis jornadas consecutivas en rojo.
En lo que va de año, el real pierde un 7,9% ante la divisa estadounidense. Esto representa una apreciación del dólar de 8,7% en el año, desde los 2,5393 reales del 31 de diciembre último a los 2,565 reales. En la edición del Boletín Focus (una encuesta semanal que el Banco Central brasileño entre expertos privados) la previsión de inflación para este año pasó del 6,45 al 6,39 por ciento.
En 2013 la moneda brasileña se desvalorizó 13% respecto del dólar y en 2012 cerró con una baja de 8,6 por ciento. Brasil cerró 2013 con una inflación del 5,91 por ciento.
Si bien en la Argentina el dólar mayorista, que se utiliza en operaciones de comercio exterior, acumula un alza de 30% desde enero (de $6,532 a $8,51), una inflación equivalente erosionó la posible ventaja cambiaria respecto de Brasil, cuando el país del Mercour es un destino clave para la producción nacional. "La señal es para la economía más que para el mercado financiero, sobre todo para sectores como el automotriz que hoy está vapuleado por un enfriamiento colosal", indicó Jorge Compagnucci, analista de Fénix Report.
"Hay una volatilidad mucho mayor por las divergencias que tiene la Argentina que son sus procesos de inflación y emisión. Estamos viendo una devaluación ordenada, pero el atraso es fenomenal. Precios de equilibrio de lo que sea hoy precios de los insumos alimenticios tienen implícitos un dólar de 25 pesos", dijo Compagnucci a FM Cultura.
El mercado brasileño sigue muy atento a los anuncios económicos de la presidente reelecta Dilma Rousseff para su segundo mandato a contar del 1 de enero de 2015, sobre todo, quien será el nuevo ministro de Hacienda de la séptima economía del mundo, actualmente en recesión técnica.
La disciplina fiscal y el control de la inflación son medidas ampliamente reclamadas por el mercado y esperadas en el segundo gobierno de Rousseff.
Este martes, el real cayó presionado después que el gobierno anunció que modificaría la manera en que calcula sus metas de ahorro para el pago de la deuda pública, el superávit fiscal primario, ampliamente observado por los organismos multilaterales.
"La noticia de hoy trae dudas sobre la transparencia de los datos en el área fiscal, lo que es muy malo", dijo Italo Abucater, especialista en cambio de la corredora Icap, citado en el diario Valor.
Brasil busca cambiar meta fiscal
La principal modificación consiste en cambiar la meta de ahorro para el pago de la deuda pública, conocido como el superávit fiscal primario, aspecto que es seguido con atención por organismos multilaterales y los mercados, como una señal de confianza en la economía local, que atraviesa un período de estancamiento.
La meta, que era de 3,1% del PBI, disminuyó para 1,9% en 2013 y se esperaba el mismo ahorro para el 2014. Sin embargo, hasta septiembre de este año, el gobierno sólo ha conseguido ahorrar el equivalente al 0,61% del PBI.
De acuerdo con la normativa actual, en su contabilidad el gobierno puede descontar parte de los gastos de su Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) así como exoneraciones tributarias, con un límite máximo de hasta 67.000 millones de reales (u$s 27.000 millones), lo que le permite compensar aquello que no consiguió mantener en caja.
Sin embargo este nuevo proyecto, que debe pasar por el Congreso, ahora busca modificar este límite de descuentos, sin un techo establecido, lo que en la práctica convertiría la meta en flexible y ajustable a la situación.
