Por Esteban Moscariello
– Precios en mínimos y demanda explosiva disparan las compras de Irán, la UE, Vietnam y México.
– Argentina ha sido durante décadas el principal exportador mundial de harina de soja.
Según el último informe del USDA, las exportaciones mundiales de harina de soja alcanzarían un récord en la campaña 2025/26, con 82 millones de toneladas, un 1 % más que en 2024/25. Aunque el crecimiento será más moderado que las tasas de dos dígitos registradas en 2023/24 y 2024/25, este sería el tercer año consecutivo en niveles históricos, acumulando un incremento cercano al 25 % en solo tres años. El impulso proviene de precios más competitivos frente a otros ingredientes para alimentación animal, resultado de abundantes suministros globales de soja y de políticas de biocombustibles en Brasil y Estados Unidos, que incentivaron la expansión de la capacidad de molienda y aumentaron la oferta exportable de harina.
El USDA destaca que los precios FOB promedio de los principales exportadores cayeron de alrededor de 550 dólares por tonelada en noviembre de 2023 a unos 300 dólares por tonelada en julio de 2025, generando un fuerte atractivo para los compradores internacionales. Entre 2023/24 y 2025/26, las importaciones globales de harina de soja se prevé que crezcan casi 10 millones de toneladas respecto al promedio de los tres años previos, con incrementos destacados en mercados como Irán, la Unión Europea, Vietnam y México. Este contexto, marcado por una oferta abundante y una demanda firme, refuerza la proyección de un mercado dinámico y competitivo para la harina de soja en el corto y mediano plazo.
Argentina ha sido durante décadas el principal exportador mundial de harina y aceite de soja, concentrando cerca del 40% del comercio global de ambos productos. En promedio, el país coloca en el mercado internacional alrededor de 30 millones de toneladas de harina de soja al año, seguido por Brasil con 23 millones y Estados Unidos con 16 millones. Desde la campaña 1997/98, esta posición de liderazgo se mantuvo ininterrumpida y así se ha consolidado la industria aceitera argentina como un pilar clave en el abastecimiento mundial de proteínas vegetales.
Sin embargo, la campaña 2022/23 marcó un punto de inflexión. La peor sequía en más de seis décadas golpeó fuertemente la producción y redujo drásticamente la capacidad de molienda, debilitando la posición exportadora del país. Ante este escenario, Brasil logró desplazar por primera vez en 25 años a Argentina como el mayor exportador de harina de soja, un hecho que refleja la creciente competitividad del vecino país en el mercado internacional.
China no podrá sostener el ritmo de molienda de soja pese al récord actual
La molienda en China atraviesa un momento excepcional, con niveles de actividad en las fábricas que no tienen precedentes recientes. El ritmo sostenido de procesamiento refleja la abundante llegada de soja importada y el fuerte volumen de inventarios en manos de la industria. Sin embargo, comienzan a aparecer señales de que este impulso no será eterno.
El dinamismo actual responde a una combinación de oferta abundante y precios competitivos, factores que permitieron mantener un nivel de molienda muy por encima de lo habitual. Pero a medida que los flujos de importación muestren un menor dinamismo y los inventarios empiecen a ajustarse, el mercado anticipa una moderación en la capacidad utilizada, lo que marcaría el fin de esta etapa de sobreoferta.
China continúa recibiendo un fuerte volumen de soja, sostenido por los embarques desde Brasil y con un creciente aporte de Argentina. Sin embargo, el ritmo de ingresos ya muestra señales de desaceleración, con menos nominaciones y una caída en el promedio de arribos diarios.
De cara al cierre del año, buena parte de la ventana de embarques desde Sudamérica ya está comprometida y las compras a Estados Unidos todavía no aparecen. Este escenario anticipa un ajuste en la disponibilidad de soja para lo que resta de 2025, con mayores costos de primas y la posibilidad de un faltante de harina de soja en China durante los primeros meses de 2026.
La paradoja es que hoy la harina de soja sigue siendo barata, no por exceso en China, sino por la sobreoferta global derivada de la expansión de la molienda en los principales orígenes. Entre octubre y junio, Argentina, Brasil y EE. UU. incrementaron su procesamiento en 12 millones de toneladas hasta alcanzar un récord de 124 millones, generando un salto equivalente en exportaciones según fuente de mercado. Estados Unidos, en particular, lidera el avance al sostener un alto ritmo de molienda enfocado en la producción de aceite, lo que inyecta al mercado internacional un volumen adicional de harina que presiona precios. El desafío ahora es cómo absorber este suministro en un mercado que, tarde o temprano, enfrentará el freno del gigante chino.
En el segmento de aceites, el USDA reporta que las exportaciones de aceite de soja de Brasil y Argentina registraron alzas mensuales impulsadas por fuerte demanda, mientras que los precios de EE.UU. se mantuvieron sin cambios, aunque con una prima considerable frente a otros orígenes por la elevada demanda interna de biocombustibles. En otros mercados, el aceite de girasol de Ucrania se fortaleció debido a una menor perspectiva de producción, el aceite de colza de la UE retrocedió durante la cosecha, aunque con precios aún altos por oferta limitada, y el aceite de palma mantuvo su condición de producto más barato a nivel mundial, con cierta apreciación mensual ante el aumento de las compras externas.
China redefine el tablero de la soja y deja a EE.UU. en la cornisa
China viene priorizando embarques desde Brasil y Argentina, relegando el espacio tradicionalmente ocupado por Estados Unidos en los primeros meses de la campaña. Las tensiones comerciales y los aranceles han restado competitividad a la soja norteamericana, aun cuando ofrece precios más bajos.
La estrategia de Beijing pasa por asegurar inventarios y diversificar orígenes, reduciendo riesgos de abastecimiento. Este giro podría recortar la ventana de exportaciones de EE.UU., dejando al mercado de Chicago expuesto a una presión adicional en precios en un momento clave para sus productores.
Esta semana comienza el Pro Farmer Crop Tour, uno de los relevamientos más seguidos por los operados del cinturón agrícola de EE.UU. El sondeo pondrá la lupa en siete estados clave justo cuando el calor extremo y el llenado de vainas de soja se convierten en los principales focos de preocupación. Históricamente, este tour ha revelado rendimientos por debajo de las proyecciones oficiales en la mayoría de los casos, lo que anticipa volatilidad en el mercado.